El Papel de las Mujeres Después la Revolución
Después de tomar el poder del régimen Somoza
casi todo cambió en Nicaragua. Al fin insurrección el ejército Sandinista había
sido compuesto de 30 por ciento femenino; al año 1988, mujeres se habían
deslizado a 20 por ciento del ejército regular, pocas siendo enviadas a la
frente de batalla.[1]
Este no quiere decir que las mujeres perdieron poder e importancia después de
la revolución. De hecho fue lo opuesto, ellas solamente tomaron papeles
diferentes a los que tenían en la revolución. Las mujeres empezaban a trabajar más
con en los campos de asistencia social y gobierno y menos en el campo de combate.
Los logros alcanzados por las mujeres debajo la administración Sandinista eran muchos
y de gran alcance. Incluyeron legislación, oportunidades educacionales, programas
de formación para las mujeres quienes trabajaban, programas para el cuidado de niños
para ayudar a mujeres obtener trabajos, y aumentó participación y también
posiciones de liderazgo en muchas actividades políticas.[2]
Muchos nicaragüenses confiaban en las mujeres recrecer el país. Los combates
dejaron más de 40.000 muertos y 600.000 sin hogares. Este significó que muchos
estaban en necesidad de ayuda y pronto y por eso las mujeres salieron a las
calles. En la ciudad las amas de casa quienes podían leer y escribir enseñaban
a sus vecinas quienes no podían.[3]
Este fenómeno no habría pasado bajo Somoza y no cesaron sus fuerzas con ese
acto. Las mujeres eran activas en la cruzada de salud-dando clases en salud
público y yendo a los barrios o campo para ofrecer vacunaciones a los niños.[4]
Además de las mujeres contribuían a lo mejor de sociedad el Estado Nicaragüense
trataba de mejorar las vidas de las mujeres. Los programas e instituciones que
directamente beneficiaban a las mujeres incluían partería, clínicas de salud, y
un hospital de mujeres en Nicaragua.[5]
Estos programas eran muy efectivos y los efectos eran innegables. Al 1983,
mortalidad infantil había bajado a 80 por 1.000 nacidos vivos, casos de malaria
bajado por 50 porciento, polio era eliminado, y 80 por ciento de la población
total tenía acceso a cuidado de salud.[6]
Los Sandinistas siguieron impactando las vidas de las mujeres en Nicaragua.
Desafortunadamente en el año 1990 los Sandinistas perdieron poder después
muchos años de combate con los contras. A pesar de los Sandinistas perdiendo
poder sus afectos todavía están presente para mejorar. Casi directamente después
la caída de los Sandinistas la primera presidente femenina de Nicaragua,
Violeta Chamorro, y muchas mujeres participaban en la elección. Mujeres votaban
en grandes cantidades para Chamarro.[7]
Ella era presidenta hasta 1997.
Es evidente que los Sandinistas tenían un
impacto positivo en las vidas de mujeres y todos en Nicaragua. Todos tenían que
sufrir mucho durante los años de Somoza, pero las mujeres más. No tenían
derechos u oportunidades hasta la
guerra. Como cada parte política del
mundo los Sandinistas no eran perfecto, tenían que obtener poder por una guerra
horrible. Pero a la larga la vida cotidiana de Nicaragua cambió para mejorar.
Ya no tiene la mayoridad del poder en Nicaragua pero todavía es una parte política
en Nicaragua y sigue mejorando las vidas de todos en Nicaragua.
Violeta Chamorro
[1] Enloe,
Cynthia H.. Maneuvers the international politics of militarizing women's lives.
Berkeley, Calif.: University of California Press, 2000. Print.
[2] Torres,
Luz Marina. "Women in Nicaragua: The Revolution on Hold." Revista Envío -. Envio , 1 June
1991. Web. 29 Apr. 2014. <http://www.envio.org.ni/articulo/2912>.
[3]
Monterrey, 91
[4]
Monterrey, 91
[5] Isbester,
52
[6]
Isbester, 52
[7] Metoyer,
Cynthia Chavez. "Women and the State in Post-Sandinista Nicaragua."
Latin American Politics and Society 53: 192. Print.
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