Tuesday, April 29, 2014

Bibliografía

Collinson, Hellen, Women and the Revolution in Nicaragua (Alantic Highlands, N.J.: Zed Books, 1990), 154-61
Eich, Dieter, and Carlos Rincon. The Contras Interviews With Anti-Sandinistas. 1st ed. San Francisco : Synthesis Publications, 1984. Print.
Enloe, Cynthia H.. Maneuvers the international politics of militarizing women's lives. Berkeley, Calif.: University of California Press, 2000. Print.
Isbester, Katherine. Still Fighting The Nicaraguan Women's Movement, 1977-2000. Pittsburgh : University of Pittsburgh Press, 2001. Print
Lorde Bolaños, Dr. Mayra, Monterrey, Glenda, Pineda, Amanda. Nicaragua a New Kind of Revolution. Compiled by Zwerling, Philip, and Connie Martin 1st ed. Westport: Lawrence Hill and Company, Publishers, Inc. , 1985. Print.
Metoyer, Cynthia Chavez. "Women and the State in Post-Sandinista Nicaragua." Latin American Politics and Society 53: 192. Print.
Torres, Luz Marina. "Women in Nicaragua: The Revolution on Hold." Revista Envío -. Envio , 1 June 1991. Web. 29 Apr. 2014. <http://www.envio.org.ni/articulo/2912>.

El Papel de las Mujeres Después la Revolución

Después de tomar el poder del régimen Somoza casi todo cambió en Nicaragua. Al fin insurrección el ejército Sandinista había sido compuesto de 30 por ciento femenino; al año 1988, mujeres se habían deslizado a 20 por ciento del ejército regular, pocas siendo enviadas a la frente de batalla.[1] Este no quiere decir que las mujeres perdieron poder e importancia después de la revolución. De hecho fue lo opuesto, ellas solamente tomaron papeles diferentes a los que tenían en la revolución. Las mujeres empezaban a trabajar más con en los campos de asistencia social y gobierno y menos en el campo de combate. Los logros alcanzados por las mujeres debajo la administración Sandinista eran muchos y de gran alcance. Incluyeron legislación, oportunidades educacionales, programas de formación para las mujeres quienes trabajaban, programas para el cuidado de niños para ayudar a mujeres obtener trabajos, y aumentó participación y también posiciones de liderazgo en muchas actividades políticas.[2] Muchos nicaragüenses confiaban en las mujeres recrecer el país. Los combates dejaron más de 40.000 muertos y 600.000 sin hogares. Este significó que muchos estaban en necesidad de ayuda y pronto y por eso las mujeres salieron a las calles. En la ciudad las amas de casa quienes podían leer y escribir enseñaban a sus vecinas quienes no podían.[3] Este fenómeno no habría pasado bajo Somoza y no cesaron sus fuerzas con ese acto. Las mujeres eran activas en la cruzada de salud-dando clases en salud público y yendo a los barrios o campo para ofrecer vacunaciones a los niños.[4] Además de las mujeres contribuían a lo mejor de sociedad el Estado Nicaragüense trataba de mejorar las vidas de las mujeres. Los programas e instituciones que directamente beneficiaban a las mujeres incluían partería, clínicas de salud, y un hospital de mujeres en Nicaragua.[5] Estos programas eran muy efectivos y los efectos eran innegables. Al 1983, mortalidad infantil había bajado a 80 por 1.000 nacidos vivos, casos de malaria bajado por 50 porciento, polio era eliminado, y 80 por ciento de la población total tenía acceso a cuidado de salud.[6] Los Sandinistas siguieron impactando las vidas de las mujeres en Nicaragua. Desafortunadamente en el año 1990 los Sandinistas perdieron poder después muchos años de combate con los contras. A pesar de los Sandinistas perdiendo poder sus afectos todavía están presente para mejorar. Casi directamente después la caída de los Sandinistas la primera presidente femenina de Nicaragua, Violeta Chamorro, y muchas mujeres participaban en la elección. Mujeres votaban en grandes cantidades para Chamarro.[7] Ella era presidenta hasta 1997.
Es evidente que los Sandinistas tenían un impacto positivo en las vidas de mujeres y todos en Nicaragua. Todos tenían que sufrir mucho durante los años de Somoza, pero las mujeres más. No tenían derechos u oportunidades  hasta la guerra.  Como cada parte política del mundo los Sandinistas no eran perfecto, tenían que obtener poder por una guerra horrible. Pero a la larga la vida cotidiana de Nicaragua cambió para mejorar. Ya no tiene la mayoridad del poder en Nicaragua pero todavía es una parte política en Nicaragua y sigue mejorando las vidas de todos en Nicaragua. 
 Violeta Chamorro




[1] Enloe, Cynthia H.. Maneuvers the international politics of militarizing women's lives. Berkeley, Calif.: University of California Press, 2000. Print.
[2] Torres, Luz Marina. "Women in Nicaragua: The Revolution on Hold." Revista Envío -. Envio , 1 June 1991. Web. 29 Apr. 2014. <http://www.envio.org.ni/articulo/2912>.
[3] Monterrey, 91
[4] Monterrey, 91
[5] Isbester, 52
[6] Isbester, 52
[7] Metoyer, Cynthia Chavez. "Women and the State in Post-Sandinista Nicaragua." Latin American Politics and Society 53: 192. Print.

El Papel de Las Mujeres Durante la Revolución

 Una explanación del papel que las mujeres empeñaban durante la guerra:
http://picosong.com/C9yQ/




Fuentes en el audio:
[1] Isbester, 28
[2] Eich, Dieter, and Carlos Rincon. The Contras Interviews With Anti-Sandinistas. 1st ed. San Francisco : Synthesis Publications, 1984. Print.
[3] Collinson, Hellen, Women and the Revolution in Nicaragua (Alantic Highlands, N.J.: Zed Books, 1990), 154-61

[4] Eich, 61





El Papel de las Mujeres Antes la Revolución

Desde los años de 1936 hasta 1979 la vida nicaragüense no era fácil para la mayoría de la gente en Nicaragua y especialmente para las mujeres. Los nicaragüenses vivían bajo la dictadura de la familia Somoza y las mujeres no tenían una voz para nada. Ellas tenían muchos menos derechos que los hombres quienes ya tenían derechos limitados. Los papeles disponibles para las mujeres eran típicos para una nación pobre latinoamericano: mujeres de la clase alta eran esposas trofeo con empleados para hacer los quehaceres de la casa, mientras las mujeres pobres trabajaban fuera de la casa y criaban a sus hijos: frecuentemente con el sufrimiento desgarrador.[1] Las mujeres pobres tenían que tomar cualquier trabajo que podían encontrar. Peor, mujeres de cada edad tenían que trabajar. Una mujer quien se unió con los Sandinistas se acuerda de su vida antes de la revolución y de las dificultades. Ella vendía pan por las mañanas antes de escuela, dulces durante su pausa para almuerzo, y después de escuela frutas, huevos, azúcar, o cualquier más podía encontrar.[2] Pero el modo de vida era peor para las que vivían en el campo. Estaban Manjarreth Montoya, quien nació en 1920 a una familia pobre campesina, creció en una casa de un cuarto hecho de palos y barro, ella y sus nueve hermanos y su padre eran analfabéticos.[3] Este tipo de vida era muy común para las mujeres. Ellas tenían que vacilar de un lugar al otro para encontrar empleo para soportar a sus familias, y nunca recibían ayuda del estado. Ellas eran prácticamente invisibles. Mientras los ricos gozaban de las riquezas de la vida, diferente a los pobres, la vida para las mujeres ricas tampoco era buena. Según Leonor Argüello de Hüper las mujeres ricas ‘no debían pensar, no se nos concede el privilegio de saber nada, una mujer debía quedarse a casa.[4] Debido a estas condiciones y falta de derechos un gran número de mujeres decidieron a unirse con los Sandinistas.
Campesinos Pobres
            Mientras pasaron los años debajo la familia Somoza más y más nicaragüenses se pusieron enojados con su estado y empezaron a crear grupos políticos y guerrilleros en su contra, el con el más éxito siendo la FSLN, Frente Sandinista de Liberación Nacional, o también conocido como los Sandinistas. La FSLN estaba fundada en 1961. Tan pronto como 1969 la FSLN había tratado de organizar a mujeres en la revolución.[5] Este intento fracasó, pero dio a las mujeres la voluntad para empezar a luchar para sus derechos. En 1972 la FSLN finalmente se puso popular cuando un terremoto golpeó a la capital Managua debido a la falta de ayuda desde la familia Somoza. A partir de entonces la familia Somoza empezó a perder poder en Nicaragua. Para combatir el estado, las mujeres empezaron a organizar. Ellas querían mejorar sus vidas en cuanto a empleo, educación, y estado social. Además de unirse con la FSLN, en 1977 ellas fundaron AMPRONOC, Asociación de Mujeres Nicaragüenses Careándose los Problemas de la Nación.[6] Después de unirse con estos grupos, las mujeres empezaron a tratar de mejorar las vidas para todos en Nicaragua. Pero su más grande batalla estaba a punto de venir.



[1] Isbester, Katherine. Still Fighting The Nicaraguan Women's Movement, 1977-2000. Pittsburgh : University of Pittsburgh Press, 2001. Print.
[2] Isbester, 1
[3] Isbester, 25
[4] Isbester, 25
[5] Lorde Bolaños, Dr. Mayra, Monterrey, Glenda, Pineda, Amanda. Nicaragua a New Kind of Revolution. Compiled by Zwerling, Philip, and Connie Martin 1st ed. Westport: Lawrence Hill and Company, Publishers, Inc. , 1985. Print.
[6] Monterrey, 90